Por Santiago Pont Lezica (*)
Jean Paul Sartre dijo que la mediocridad no se imita, pero
habría sido más realista decir que la mediocridad no debería imitarse. Porque
sólo hay que mirar alrededor para observar como los mediocres se han convertido
en el modelo a imitar. A nadie parece hoy importarle imitar la maestría, el
profesionalismo, la calidad, la inteligencia, el talento, el arte. Parece más
cómodo y más rentable imitar lo mediocre, lo feo, lo vulgar, lo estúpido, lo
fácil, lo que está al alcance de cualquier cretino con marqueting y caradura.
Si crees que exagero, siéntante delante de la tv y paséate con tu control
remoto por la programación de los distintos canales.
Ausencia. La estrategia es vaciar el contenido. |
Cómo podría haber tantos programas igualmente imbéciles si
la mediocridad no se imitara hasta el aburrimiento, de la idea más mediocre, te
hacen siete versiones, seguramente para que no tengas escapatoria si intentas
hacer zapping.
(*) Al frente de FM Milenium
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