Cuando un muerto no descansa en paz.
Hace más de una semana falleció Hilario “Chiquito” Paz, viejo
hotelero y constructor. Una hija no reconocida inició una juicio por filiación
y desembarcó en la ciudad termal dos abogados, un escribano, secretaria de un
Juez de la capital santiagueña, y un tasador.
El caso desató una cadena de corrupción en el
Cementerio municipal. Los abogados hablaron con los empleados, quienes
confesaron como niños acorralados. Presuntamente, el Cementerio recibió 30
tractores para tareas específicas; 600 palas; entre 1.000 y 3.000 escobas; y
miles de metros de manguera. Los elementos no se encuentran en el lugar.
Cuando llegó la secretaria del juez capitalino, dice
la fuente, se secuestró la llave del nicho en el Cementerio; fueron al lugar y “el
cajón de Paz no estaba”, comentó sorprendida.
Aparentemente, está involucrada una casa de sepelio
termeña, retiraron el cajón del Cementerio por un costado; lo habrían llevado a
Córdoba y lo cremaron, “sin orden judicial”, dice un familiar, quien pide no
ser identificado. “Nené es heredera, hay un complot, pero eso retiraron el
cuerpo. Quieren borrar las huellas genéticas”, continuó.
Lo curioso del caso es cómo se hacen maniobras dentro
del Cementerio y no advertir movimientos extraños. “Los abogados escucharon a
los empleados municipales, ellos contaron cosas increíbles, no entiendo por qué
el intendente no sabe estas historias de terror”, sostuvo.
Marcelo Clemente es el administrador del Cementerio y
estaría preocupado por la denuncia que realizó “Nené”. "El féretro tiene ingreso, pero no salida", se indicó.
Para los abogados santiagueños la cadena de
corrupción está relacionada entre: “El administrador del Cementerio; la empresa
funeraria; y la familia de “Chiquito”, quien habría permitido la cremación”.
“Chiquito” Paz estaba muy enfermo, tenía Alzheimer y
falleció hace más de una semana. Según un tasador santiagueño, su fortuna
asciende a $90 millones.
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