Política del monosílabo.

Por Carla Carrizo (*)

Como todos sabemos, los presidentes para ganar una elección nacional deben generar apoyo en las 5 provincias más grandes porque de lo contrario no llegan al balotaje con los votos para triunfar. Pero cuando llegan no pueden gobernar si no acuerdan con las provincias chicas que controlan el poder institucional en el Congreso. En efecto, controlan el 72% de las bancas en el Senado y en 41 % de las bancas en Diputados. Tienen así una media del 56% del poder institucional de la Argentina, pero representan al 25% de la población en el país.

Ello explica el fenómeno conocido de “Gobernadores Ricos, Provincias Pobres”. En el ranking, de este federalismo real que supimos construir, Formosa, Chaco y Santiago del Estero lideran las provincias donde más de la mitad de la población vive en condiciones de pobreza estructural. En Santiago, Cambiemos no tiene un gobernador, pero sí un Partido: el Radicalismo, que con una nueva generación de jóvenes líderes le dice a esta lógica perversa de construcción política un monosílabo: NO.

El Congreso debe mostrar lo que la gobernabilidad silencia en estas provincias.

(*) Diputada nacional