A propósito de la joven que se lanzó al fondo del Dique Frontal. La noticia del fin de semana.
Hace un par de años, el sacerdote Moyano explicó que las virtudes teologales son tres:
fe, esperanzo y caridad. Más tarde aprendí
que Santo Tomás de Aquino trató el asunto. Dijo que la fe y el amor son
muy grandes, ellas van en un carruaje; en cambio la esperanza es pequeña, pero
hace de caballo y empuja el carro. Es la virtud que da sentido a la existencia.
La esperanza va delante de la fe y el amor; por ello es muy
importante en la vida. Sin ella no hay futuro, esfuerzo y alegría.
La oscuridad de este mundo, con sus trampas y pompas, hace
que el alma viva dentro de un profundo abismo y desolación. Tal vez fue sea el
caso de una vecina de Las Termas de Río Hondo, quien quiso poner fin a su vida,
se lanzó al vacío del dique Frontal, pero Cristo emergió de las aguas. Está
hospitalizada, un cuadro gravísimo.
Cristo nos ama, por más que se reniegue de él; el Maestro te
buscará, porque sabe seducir. “El que busca, encuentra”.
¡Que Cristo Jesús proteja a la generación joven de Las Termas
de Río Hondo, porque en ellos está el futuro y el desarrollo de la ciudad
termal!
Crédito: Ideas.
Muy bueno tu artículo... humano, tierno, sensible, real,expresivo..
ResponderBorrarOjalá podamos tirar hermanados el carro del amor y la fe,iluminados por la esperanza de construir juntos un mundo mejor.