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Intendencia: la pelea del año

Análisis. Propósito de interpelar.

Los ediles se decidieron a interpelar al intendente Miguel Mukdise, ya que la Carta Orgánica Municipal (COM) los habilita, pero desde el Ejecutivo hubo una respuesta negativa.

Mukdise cumplirá en octubre 6 años en el gobierno local, porque fue reelecto en 2014. Y los concejales tienen casi 2 años de gestión y, recién ahora, se animaron a la interpelación, una medida para cuestionar y presionar, aunque el intendente tendrá, de antemano, un esquema de las preguntas.

La medida de los concejales tiene 2 posiciones. Una, lo institucional. El Concejo está obligado a controlar el gasto y, según ellos, el Ejecutivo no contesta los pedidos de información económica. Segundo, la mano política, aunque es obvio porque tienen signos partidarios diferentes y la puja del poder es constante.

La pelea por el poder es una imagen para los medios de comunicación, porque por detrás surgen aprietes y la cadena de beneficios siempre aparece. Y cuando los problemas no se resuelven, el Ejecutivo llama al Gobierno provincial para mediar la situación. Se calma el conflicto y se vuelve a foja cero.

La interpelación es una medida excepcional para sentar al intendente en el Concejo, porque se agotó el diálogo, el pedido de informes; por ello podrán solicitar explicaciones y datos para conocer cómo gasta la administración. Según la COM, se puede invitar hasta 3 veces consecutivas y después solicitar la acción de la policía.

Si se llega al extremo de utilizar la fuerza, los vecinos presenciarán un espectáculo de alto voltaje. En gestiones anteriores, en el caso de Luis Ceres, fue llamado a interpelación, varias veces, pero el bloque mayoritario era peronista, coincidían las ideologías y todo quedaba dentro de  un mero cumplimiento normativo. Por lo tanto, si Mukdise asiste al recinto, será un antecedente institucional histórico.

Invisibilidad. Si el vecino hace un esfuerzo para superar la puja discursiva y legal, podrá notar que la Municipalidad tiene una debilidad institucional muy clara y asombrosa. Porque los puestos en el Concejo, los ediles, muchos no están formados ni entrenados para controlar al complejo sistema administrativo, con sus trabas y mañas construidas históricamente. Y se debe sumar que el Jurado de Enjuiciamiento no está plenamente constituido; es decir, habrá problemas para iniciar el juicio político.

Por otro lado, el presupuesto 2016 no fue presentado, hubo problemas, y esto es más grave que la pelea entre el intendente y los 8 de 12 ediles. Porque para gastar, primero debe existir una autorización legal –la ordenanza presupuesto-.

Lo político y lo institucional no siempre van juntos, porque las instituciones están quebradas, y la política responde al líder de turno. Sin embargo, existe una esperanza: cuando la crisis golpea la puerta puede ser signo de cambio.

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